En la muerte, el espíritu humano deja el cuerpo (Eclesiastés 12:7). Vamos al Cielo o al infierno (Lucas 16:22-31). Como se demuestra en la historia del hombre rico y Lázaro, y reafirmada por Cristo cuando le dice al ladrón que estarán con Él en el paraíso “hoy” (Lucas 23:43), hay una existencia consciente inmediata después de la muerte, tanto en el Cielo como en el infierno (2 Corintios 5:8; Apocalipsis 6:9-11; Filipenses 1:23).
Tanto en el Cielo Presente como en la Nueva Tierra encontraremos nuestro mayor placer en Dios. Lo adoraremos y le agradeceremos al verlo revelarse en las maravillas de la creación, incluyendo a las otras criaturas.
Más aún, a pesar de lo increíble que pueda parecer, Dios ha decidido que nosotros, realmente, ¡vamos a ayudarlo a gobernar el universo! (Lucas 19:11-27) Él nos dará mentes y cuerpos renovados de manera que seremos personas sanas, llenas de energía y visión, ansiosas de emprender nuevos proyectos para la gloria de Dios y para nuestro desarrollo.
Reinaremos con Cristo sobre la Nueva Tierra donde ejercitaremos el liderazgo y la autoridad, y tomaremos decisiones importantes. Esto implica que nuestros líderes nos darán responsabilidades específicas y que nosotros delegaremos responsabilidades específicas a los que se encuentren bajo nuestro liderazgo (Lucas 19:17-19). Estableceremos metas, trazaremos planes y compartiremos ideas. Nuestros mejores días de trabajo en la Tierra actual—esos días en que todo sale mejor de lo que planeamos, cuando todo lo hacemos a tiempo, y cuando todos en el grupo trabajan unidos y disfrutan la compañía del otro— son sólo un pequeño anticipo del gozo que nos traerá nuestro trabajo en el Cielo.
Extracto de El Cielo: Respuestas biblicas a sus preguntas by Randy Alcorn.
What Will We Do for All Eternity?
(Excerpt from Heaven: Biblical Answers to Common Questions)
At death, the human spirit leaves the body (Ecclesiastes 12:7). We go either to heaven or hell (Luke 16:22-31). As demonstrated in the story of the rich man and Lazarus—and affirmed by Christ when he tells the thief he will be with him in paradise “today” (Luke 23:43)—there is immediate conscious existence after death, both in Heaven and Hell (2 Corinthians 5:8; Revelation 6:9-11; Philippians 1:23).
Both in the intermediate Heaven and on the New Earth, we’ll find our greatest pleasure in God. We’ll worship and thank him as we see him revealed in the wonders of creation, including our fellow creatures.
Furthermore, incredible though it may seem, God has decided that we’re actually going to help him run the universe (Luke 19:11-27)! He will give us renewed minds and bodies so that we will be whole people, full of energy and vision, eager to undertake new projects for God’s glory and our enrichment.
We’ll reign with Christ over the New Earth, where we’ll exercise leadership and authority, making important decisions. This implies specific, delegated responsibilities for those under our leadership, as well as specific responsibilities given to us (Luke 19:17-19). We will set goals, devise plans, and share ideas. Our best workdays on Earth—when everything turns out better than we planned, when everything’s done on time, when everyone on the team pulls together and enjoys each other—are just a foretaste of the joy our work will bring us in Heaven.
In Heaven, we’ll rest (Revelation 14:13). We know what it means to rest. And to want to rest (Hebrews 4:10-11). We will serve Christ there, working for his glory. We know what it means to work. And to want to work. We will work without any of the painful toil that came with the Curse, which will be forever lifted (Revelation 22:3).
Excerpt from Heaven: Biblical Answers to Common Questions by Randy Alcorn.
Photo: Unsplash